Cuando el zepelín Airlander 10 sufrió el segundo accidente de su corta historia, los diseñadores e ingenieros de la aeronave decidieron darle una nueva finalidad al proyecto: construir un dirigible con interiores de lujo para orientarlo al turismo, haciendo de él una especie de hotel 5 estrellas pero, en vez de ubicado en tierra firme, que surcara los cielos.
El Airlander 10 es propiedad de la compañía Hybrid Air Vehicles (HAV), una empresa británica dedicada a la construcción de aeronaves híbridas, poco contaminantes y respetuosas con el medio ambiente. La nueva funcionalidad del Airlander 10, la del turismo de lujo, parece otorgar una nueva vida a este dirigible que, no hace demasiado tiempo, veía como su futuro se ennegrecía con el paso de los meses.
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